¡Estamos en fin de semana! Gloria a todo lo que es sagrado. Quiero suponer que estarán igual de felices. Seguro varios de ustedes se saltaron la tarde del viernes para irse a comer que se tranformó en unos tragos que se transformó en una borrachera que se transformó en salir ahogados de un lugar. Yo, al menos ayer, me porté bien...o menos mal que ustedes. Pero sí me eché unos alcoholes.
Vivimos en una ciudad que no es muy amigable para la gente que sale a tomar. El metro cierra relativamente temprano. Los taxistas noctámbulos más buena onda te llevan por toda la ciudad antes de llevarte a tu casa y dejarte caer una tarifa como si ganaras en euros. Aquí los taxistas se aprovechan de que o estás demasiado ebrio para concentrarte en el camino o que estás platicándole de idiotez y media, lo que los mantiene muy entretenidos. No existe un servicio confiable y a precios accesibles de chofer. No tienes la posibilidad de que alguien maneje tu coche a tu casa cuando estás demasiado ebrio para manejar. En fin...
¡Ah! Y a las tres de la mañana te corren del lugar, dejándote tiradote y con la única opción que en ese momento consideras viable: agarrar tu coche e irte a tu casa. El caso es que cuando uno sale del lugar donde tomó, aunque sea un par de cervezas, teme encontrarse con el alcoholímetro. Así que aquí les va una selección de las cosas que, con el paso del tiempo, he escuchado que son eficientes para que, si te encuentras con el alcoholímetro, puedas salirte con la tuya. Todas éstas son soluciones sumamente irresponsables, porque de entrada no deberías estar manejando ebrio. Así que no se tomen todo esto muy en serio.
¡Ah! Y a las tres de la mañana te corren del lugar, dejándote tiradote y con la única opción que en ese momento consideras viable: agarrar tu coche e irte a tu casa. El caso es que cuando uno sale del lugar donde tomó, aunque sea un par de cervezas, teme encontrarse con el alcoholímetro. Así que aquí les va una selección de las cosas que, con el paso del tiempo, he escuchado que son eficientes para que, si te encuentras con el alcoholímetro, puedas salirte con la tuya. Todas éstas son soluciones sumamente irresponsables, porque de entrada no deberías estar manejando ebrio. Así que no se tomen todo esto muy en serio.
Comencemos con la lista, que irá de lo que tiene un mayor porcentaje de éxito a un menor porcentaje, basándome en....absolutamente nada:
1. Se busca valetero.
Esta solución implica que localicen al alcoholímetro antes de que lleguen a él. Si se encuentran con un alcoholímetro en una zona donde saben que hay un lugar cerca con servicio de valet parking, apaguen el coche, caminen rápidamente con las llaves del coche a ese lugar (no corran, aunque crean que pueden; la gravedad se encargará de contradecirlos), dénle las llaves al valetero y pídanle que les traiga el coche. Por 100 varos, seguro lo hacen. Cuando les sea entregado, traten de cambiar su ruta y evitar el alcoholímetro o hagan lo necesario para que se les baje la peda.
Riesgo: Dejar un coche a la mitad de la calle no es lo más seguro para el coche. Pero, ¿a quién le importa? ¡Eres libre!
2. ¿...y mi chofer?
Mismo caso que el anterior. Deben estar a las vivas y ver al alcoholímetro antes de que el primer poli los vea. Cuando divisen el alcoholímetro, péguense a la banqueta y, con el mayor sigilo que su cuerpo briago les permita, pásense al asiento del copiloto o al trasero, con el coche encendido y los seguros abiertos. Inmóviles, esperen que un poli se acerque. Cuando lo haga, finjan estar dormidos y "despierten" cuando el poli le pegue a la ventanilla del coche, vean al poli y pregunten "¿Y mi chofer?". El policía creerá que venían con un chofer que se peló al ver el alcoholímetro y, probablemente, los dejen ir manejando, aunque estén repedos. ¡Ta-daaaa!
Riesgo: Un coche encendido y con los seguros abiertos es una invitación a un robo con secuestro incluido. Hasta para los mismos polis.
3. De la vista nace el borracho.
Ya no hay de otra. Están en la cola para ser inspeccionados y no tienen tiempo de hacer las cosas anteriores. Ahora, su mayor esperanza es lucir lo más presentable posible. Es el momento de peinarse en friega y esconder las botellas y los vacitos rojos abajo de los asientos. Los hombres deben fajarse (la camisa, malpensados) y arreglarse la corbata (si traen). Las mujeres pueden retocarse (horrenda palabra, por cierto) y revisar que traigan los dos aretes. Abran la ventana hasta abajo. Eso no sólo ayuda a que se vaya el olor a alcohol, sino que le da a entender a la policía que no tienen nada que esconder. Finalmente, aunque no usen, consigan unos lentes sin aumento y pónganselos. Creo que a un ebrio se le olvidaría ponerse los lentes. Cuando les pregunten si tomaron, sólo digan "No". Los ebrios tienden a hablar de más.
Riesgo: Siempre existe la posibilidad de que actúen como si estuvieran en una novela de Televisa y los cachen ipso facto. Vean actuar a gente como Anthony Hopkins, Denzel Washington, Cate Blanchett o Helen Mirren para ver cómo actuar bien.
4. No. Le. Soplo.
No pudiste hacer ninguna de las soluciones anteriores. Cuando fingiste estar bien, tus ojos no estaban enfocando como se debe o le vomitaste encima al policía. No hay de otra. Vas a tener que pasar la prueba de alcoholemia.
O...tal vez no. La verdad es que no te pueden obligar a que le soples al aparatejo ese, pero tampoco te van a dejar ir como si nada. La solución es obvia: enciérrate en tu coche. Sube las ventanas, baja los seguros y asegúrate de que no haya manera en la que la policía pueda hacerte bajar del coche (nunca van a romper los cristales tipo película de Steven Seagal). Lo que va a pasar es que se van a llevar tu coche al corralón, contigo dentro. Una vez en el corralón, échate una jetita y espera a que salga el Sol y que se te haya bajado para salir de tu auto, pagar las multas del corralón e irte a tu casa. Dormirás mucho más cómodo que en el "torito" e incluso tus papás te felicitarán por lo astuto que fuiste. ¿Quién quita?
Riesgo: La policía se puede vengar de que los chamaqueaste. Antes de partir del corralón, revisa llantas y niveles de tu coche. Puedes manejar a casa de alguien que odies, para que los ardidos de los polis curiosamente hagan una redada en esa casa en busca de secuestrados/drogas/mercancía pirata.
5. Hit N' Run.
Este es el último recurso. Todo lo hiciste mal. Claramente estás ebrio y vas camino a pasar las próximas horas en un lugar helado y con baños suficientemente hediondos como para obligarte a aguantar la maldad que hay dentro de ti por días. El poli te toma del brazo para meterte a la patrulla. La única solución es..¡golpear al poli que te está privando de tu libertad y correr como el diablo! ¡Brillante!
Riesgo: Justo cuando estás pensando "No sé cómo no se me había ocurrido esto antes", los otros 7 policías te alcanzarán, taclearán y te meterán la madrina más memorable de tu vida, seguido de un viaje a la cárcel (ya no es al "torito", porque resulta que golpear a un policía es delito), lugar donde serás violado y humillado hasta el momento en el que salgas. De pronto, el "torito" no suena tan mal, ¿verdad?
¿Qué otras opciones tienen ustedes que no mencioné? Compártanlo con la comunidad que lee este blog y ayuden a evadir la ley, preferentemente sin violarla. El ingenio del mexicano es maravilloso, sobretodo para salirse con la suya.
Se despide,
-Palo(oza)
El video de hoy
El mayor exponente que nos ha dado el humor mexicano en los últimos 20 años es Andrés Bustamante. Su humor no sólo es muy original, también es una persona que prácticamente no usa albures o alusiones sexuales (que no está mal, pero es muy sencillo usarlas) para entretener. Hay muchísimos personajes para escoger, pero uno de mis favoritos es Johnny Petardo: el Semidios del Humor, un stand-up comedian chistosísimo, por lo malo que es. Si tienen tiempo, vean los demás. Son una maravilla.
1. Se busca valetero.
Esta solución implica que localicen al alcoholímetro antes de que lleguen a él. Si se encuentran con un alcoholímetro en una zona donde saben que hay un lugar cerca con servicio de valet parking, apaguen el coche, caminen rápidamente con las llaves del coche a ese lugar (no corran, aunque crean que pueden; la gravedad se encargará de contradecirlos), dénle las llaves al valetero y pídanle que les traiga el coche. Por 100 varos, seguro lo hacen. Cuando les sea entregado, traten de cambiar su ruta y evitar el alcoholímetro o hagan lo necesario para que se les baje la peda.
Riesgo: Dejar un coche a la mitad de la calle no es lo más seguro para el coche. Pero, ¿a quién le importa? ¡Eres libre!
2. ¿...y mi chofer?
Mismo caso que el anterior. Deben estar a las vivas y ver al alcoholímetro antes de que el primer poli los vea. Cuando divisen el alcoholímetro, péguense a la banqueta y, con el mayor sigilo que su cuerpo briago les permita, pásense al asiento del copiloto o al trasero, con el coche encendido y los seguros abiertos. Inmóviles, esperen que un poli se acerque. Cuando lo haga, finjan estar dormidos y "despierten" cuando el poli le pegue a la ventanilla del coche, vean al poli y pregunten "¿Y mi chofer?". El policía creerá que venían con un chofer que se peló al ver el alcoholímetro y, probablemente, los dejen ir manejando, aunque estén repedos. ¡Ta-daaaa!
Riesgo: Un coche encendido y con los seguros abiertos es una invitación a un robo con secuestro incluido. Hasta para los mismos polis.
3. De la vista nace el borracho.
Ya no hay de otra. Están en la cola para ser inspeccionados y no tienen tiempo de hacer las cosas anteriores. Ahora, su mayor esperanza es lucir lo más presentable posible. Es el momento de peinarse en friega y esconder las botellas y los vacitos rojos abajo de los asientos. Los hombres deben fajarse (la camisa, malpensados) y arreglarse la corbata (si traen). Las mujeres pueden retocarse (horrenda palabra, por cierto) y revisar que traigan los dos aretes. Abran la ventana hasta abajo. Eso no sólo ayuda a que se vaya el olor a alcohol, sino que le da a entender a la policía que no tienen nada que esconder. Finalmente, aunque no usen, consigan unos lentes sin aumento y pónganselos. Creo que a un ebrio se le olvidaría ponerse los lentes. Cuando les pregunten si tomaron, sólo digan "No". Los ebrios tienden a hablar de más.
Riesgo: Siempre existe la posibilidad de que actúen como si estuvieran en una novela de Televisa y los cachen ipso facto. Vean actuar a gente como Anthony Hopkins, Denzel Washington, Cate Blanchett o Helen Mirren para ver cómo actuar bien.
4. No. Le. Soplo.
No pudiste hacer ninguna de las soluciones anteriores. Cuando fingiste estar bien, tus ojos no estaban enfocando como se debe o le vomitaste encima al policía. No hay de otra. Vas a tener que pasar la prueba de alcoholemia.
O...tal vez no. La verdad es que no te pueden obligar a que le soples al aparatejo ese, pero tampoco te van a dejar ir como si nada. La solución es obvia: enciérrate en tu coche. Sube las ventanas, baja los seguros y asegúrate de que no haya manera en la que la policía pueda hacerte bajar del coche (nunca van a romper los cristales tipo película de Steven Seagal). Lo que va a pasar es que se van a llevar tu coche al corralón, contigo dentro. Una vez en el corralón, échate una jetita y espera a que salga el Sol y que se te haya bajado para salir de tu auto, pagar las multas del corralón e irte a tu casa. Dormirás mucho más cómodo que en el "torito" e incluso tus papás te felicitarán por lo astuto que fuiste. ¿Quién quita?
Riesgo: La policía se puede vengar de que los chamaqueaste. Antes de partir del corralón, revisa llantas y niveles de tu coche. Puedes manejar a casa de alguien que odies, para que los ardidos de los polis curiosamente hagan una redada en esa casa en busca de secuestrados/drogas/mercancía pirata.
5. Hit N' Run.
Este es el último recurso. Todo lo hiciste mal. Claramente estás ebrio y vas camino a pasar las próximas horas en un lugar helado y con baños suficientemente hediondos como para obligarte a aguantar la maldad que hay dentro de ti por días. El poli te toma del brazo para meterte a la patrulla. La única solución es..¡golpear al poli que te está privando de tu libertad y correr como el diablo! ¡Brillante!
Riesgo: Justo cuando estás pensando "No sé cómo no se me había ocurrido esto antes", los otros 7 policías te alcanzarán, taclearán y te meterán la madrina más memorable de tu vida, seguido de un viaje a la cárcel (ya no es al "torito", porque resulta que golpear a un policía es delito), lugar donde serás violado y humillado hasta el momento en el que salgas. De pronto, el "torito" no suena tan mal, ¿verdad?
¿Qué otras opciones tienen ustedes que no mencioné? Compártanlo con la comunidad que lee este blog y ayuden a evadir la ley, preferentemente sin violarla. El ingenio del mexicano es maravilloso, sobretodo para salirse con la suya.
Se despide,
-Palo(oza)
El video de hoy
El mayor exponente que nos ha dado el humor mexicano en los últimos 20 años es Andrés Bustamante. Su humor no sólo es muy original, también es una persona que prácticamente no usa albures o alusiones sexuales (que no está mal, pero es muy sencillo usarlas) para entretener. Hay muchísimos personajes para escoger, pero uno de mis favoritos es Johnny Petardo: el Semidios del Humor, un stand-up comedian chistosísimo, por lo malo que es. Si tienen tiempo, vean los demás. Son una maravilla.
Jajajaja, excelente! Qué risa, es chistoso porque es cierto.
ResponderEliminarCon tu compermiso, me voy a twittear tu texto para hacerle un servicio a nuestra comunidad etílica.
Mientras, te dejo esta joyita: http://www.youtube.com/watch?v=CljldVFRk6o
*y sí, el compermiso se le aplica al señor oficial, no el con permiso.
ResponderEliminar