lunes, 14 de marzo de 2011

Guía para hacer un infomercial

Ayer no pude dormir. Como siempre pasa, se me ocurrió la maravillosa idea de echarme unos tacos justo antes de partir a mi casa. Lo siguiente fue un cuerpo acelerado y negado a meter neutral y poder dormir. Así que hice lo que cualquier persona sensata hace en esos momentos: prender la tele y buscar algo bueno que ver. El resultado fue el esperado, 40 canales con infomerciales, Notting Hill (nunca la pasan, se me hizo rarísimo) y la repetición del Veracruz-Irapuato. Fueron 25 minutos de estar cambiando de canal en lapsos que no pasaban de 15 segundos. 

Sin embargo, al ver los infomerciales, empecé a notar patrones y reglas. Una especie de Biblia no escrita de los infomerciales que al parecer todos siguen. Rarísimo, porque los infomerciales, como todos sabemos, son intentos sofisticados de embaucar a la gente lo suficientemente cansada, tomada, alterada o aburrida con productos inútiles, estúpidos e innecesarios.

Con ustedes, el andrógino más perturbador que he visto.

Así que he decidido hoy darles las reglas básicas para hacer esos horrores llamados infomerciales:

1. Usar gente famosa ayuda.

George Forman fue el primero. Le siguieron David Hasselhoff, Mr. T.,  Hulk Hogan, Chuck Norris, y, en México, Dulce María y otra bola de gente que no conozco, pero me imagino que son famosos. El caso es que, por cuestiones como su éxito, su carisma o simplemente su fama, empresas gastan grandes cantidades colocando a gente famosa en sus productos. Usualmente, son personas cuyas carreras profesionales terminaron hace mucho tiempo, pero la gente todavía los ubica.


 Sólo porque eres Mr. T te la perdono. Aunque no debería.

2. La gente que no usa los productos es idiota, torpe, desordenada y desaliñada.

Esto es clave para vender el producto...o al menos así parece pensar la gente que los produce. Muy importante usar frases como "¡Oh, no!" o "¡Qué desastre!" cuando aparecen estos ineptos que no pueden cargar una bolsa sin que les caiga todo, lavar un plato, hacer un abdominal o mantener un vaso con refresco sin tirarlo. Un fondo en blanco y negro en este momento siempre es aconsejable. Finalmente, esta gente debe estar despeinada, desesperada y frustrada por no hacer lo que cualquier persona con 3 neuronas interconectadas puede. De ahí que se cree la falsa necesidad de tener el producto.

Seguramente, esta persona logró quemarse con la plancha apagada.
 
3. Usar frases como "nanotecnología", "herbolaria milenaria" o "tecnología inteligente". 

Por supuesto que los productos que se venden por televisión no tienen ninguna de estas características. Pero eso es lo que menos importa. La idea es hacerle creer al pobre diablo que comprará su producto que es lo último, lo más moderno. Hacer referencia a la medicina oriental o métodos desarrollados por los indígenas de Kuala Lumpur sirve. Imanes biomagnéticos con nanotecnología en unos tenis es mi favorito. ¡¿Qué diablos?! Si eres lo suficientemente idiota como para creer en esas patrañas, mereces que te roben con un producto que no funciona.
...ajá.
4. Si es una traducción del inglés, se recomienda usar voces improbables y nefastas.

Los infomerciales gringos son de esas pocas cosas que pasan en la televisión que son tan malas como en México. Pero todo se vuelve peor en la traducción al español. No sé de dónde sacan a la gente que hace esas voces, pero estoy seguro que las fingen. Primero, porque siempre son las mismas voces, especialmente las de las abuelitas, lo que se me hace muy extraño porque siempre hay una. No saben cómo prender la televisión con el Sky, pero cuando las ponen enfrente de un aparato para pelar, rebanar, picar, etc. son las más duchas. Y segundo, porque molestan al televidente tanto como ver el final de Soy Leyenda.

 Al fin un consejo útil en los Demotivational Posters.

México antes era muy pero muy bueno en las traducciones (no sé si de infomerciales). ¿Qué pasó?

5. Usar científicos patito en experimentos obsoletos.

Esto es especialmente para los que se hacen en México. Nada como ver a un disque-cientifico con un matraz lleno de Fanta, un mechero Bunsen y un microscopio para garantizar la calidad de un producto. Le robaron la idea a los que producen los comerciales de pasta de dientes o yo qué sé.

A este científico le creo más que a los de los infomerciales.


6. Someter al producto a pruebas fuera de contexto.

¿Tienes dudas sobre el filo de este cuchillo? Mira cómo puedo cortar una bota de esquí con él. ¿No crees que este reparador de pintura funciona? Voy a hacer que el coche arda en llamas. Estos ejemplos claramente comprueban la efectividad de los productos que vendemos, Sr. Televidente Matutino.

Lo he visto diez veces. Cada vez me parece más gracioso.

¡Por favor! La única situación en donde me veo trapeando una combinación de sangre, refresco, tierra, aceite y anticongelante es en una fiesta de Charly Sheen (sí, ya sé....está sobreutilizado el chiste; déjenme en paz).

7. Venda su producto a precio de descuento, a pesar de que no lo tiene.

¿Ese taladro cuesta 7 mil dólares, pero me lo ofrecen a 150 pesos por los próximos cinco minutos? ¡Debo tenerlo! Se los digo como ellos mismos lo dicen: no se dejen engañar, ese martillo lo consigues en diez pesos en el metro, porque todo en el metro cuesta diez pesos. Los descuentos son descuentos cuando abaratan algo que usualmente cuesta más dinero. Si siempre lo venden con ese descuento, no hay tal. 

Caray, le bajaron el precio 1, 2, 3....¡12 veces!

Ya tienen sus consejos para hacer un infomercial. Pero les doy el más importante: NO LO HAGAN.

Se despide,

Palo(oza)

El video de hoy

Ya que estamos en esto de publicidad, los comerciales en este país suelen ser malérrimos, como lo he dicho en otras entradas. Pero sin lugar a dudas, sin el menor temor a equivocarme, los comerciales más increíblemente extraños nos los da Japón. Podría hacer ochenta preguntas de estos comerciales, pero la verdad todo se traduce a una sola: ¡¿Qué diablos?!


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